PESAS Y MEDIDAS

Para ilustrar este apartado he aquí un episodio ocurrido en 1669 respecto al control de pesas y medidas en Irun.

El Concejo de Fuenterrabía era el encargado de mantener controlados con su marca las pesas y medidas de aldeas dependientes de ella. El 30 de enero de aquel año se produjo la visita del alcalde de Fuenterrabía  que vino a inspeccionar las pesas y medidas de Irun, algo que ya había realizado en fechas que los iruneses consideraron todavía recientes. Ante la resistencia de los de Irun de ser inspeccionados de nuevo, la autoridad municipal vecina acudió con más de sesenta hombres armados con mosquetes.

Ante semejante desafío las mujeres de Irun llamaron “a fuego” a sus convecinos mediante la campana de la iglesia del Juncal. Al instante salieron de sus casas más de doscientos hombres armados con espadas, dagas, chuzos, escopetas y palos.

Ante el cariz que tomaron los acontecimientos tuvo que intervenir el corregidor (representante real) quien ordenó a Fuenterrabía que hiciera la visita con “suavidad y templanza”.

A pesar de ello, algunos días más tarde, el 7 de Febrero de 1669, se produjo una nueva reyerta y esta vez con cuchilladas entre los representantes de Fuenterrabía y varios vecinos de la aldea.

Disputas aparte, nuestros antepasados eran muy prácticos. Los útiles de medir los llevaban siempre consigo que no eran otros que las partes de su propio cuerpo, como por ejemplo la pulgada que tomaba como base el grosor del dedo pulgar de la mano. El pie, era la medida de un pie humano. El palmo era la máxima abertura de la mano y la braza, habitualmente empleada por los marineros, equivalía a la longitud aproximada, de un extremo a otro, con los dos brazos extendidos.

Lógicamente estas medidas y pesas no tenían un rigor científico ni de exactitud, por lo que variaban de un lugar a otro. Esta situación anárquica que desapareció bastante después con la adopción del sistema métrico decimal en 1889, fue motivo de libros y estudios que trataron de buscar y fijar las equivalencias de esas medidas. Tratar de reflejar todas ellas en un modesto trabajo como éste resultaría imposible. No obstante, he aquí algunas notas referidas a los pesos y medidas de nuestro entorno durante el siglo XVII.

En las compras de manzana para sidra en Irun, se empleaba como medida la “carga” que equivalía a seis sacos de unos 65 kilos de manzana cada uno. En el resto de los pueblos de la regata del Bidasoa, como en Vera, la “carga” estaba compuesta por tres sacos.

La jugada de tierra (goldia) equivalía a 2.170 m2

El azumbre, en Vascongadas equivalía a 2,52 litros. Para el vino se dividía en 4 cuartillos.

La legua expresaba la distancia que una persona o un caballo podía recorrer en una hora y equivale aproximadamente a 5,5 Km..

Para llenar una arroba o cántara se necesitaban 8 azumbres, o lo que es lo mismo  16,133 litros. El aceite se medía en arrobas.

El jornal era la superficie de terreno arada o trabajada por un hombre en un día.