EL ESCLAVO

 

Hace algunas fechas, la historiadora irunesa Ana Galdós Monfort, publicó en DV un documentado artículo de cuando había esclavos en Gipuzkoa.

Da cuenta de algunas de las personas que participaron en el siglo XVI, cuando la trata de esclavos comenzó a sistematizarse bajo la supervisión de la Corona.

 

Por nuestra parte, hemos encontrado en uno de los los libros de actas del Archivo Municipal de Irun,  un suceso relacionado con el tema.

Tuvo lugar en el año 1648 y está recogido en varias publicaciones que hemos consultado y que aparecen al pie de esta historia.

 

 

 

 

El 19 de julio de 1648, Thomas de Yçaguirre, que se encontraba con otros tres varios vecinos en el caserío "Matxitxenborda" (Irun) vieron acercarse a un mendigo. Resultó ser un antiguo corsario nacido en Zalé, Berbería (costa africana). Tenía 24 años y dijo llamarse Eyza Audala.

 

Thomas de Yçaguirre le preguntó de dónde era. Eiza, para disimular, "le dixo que era de las quatro villas". Yçaguirre no le creyó, y agarrándole con fuerza le dijo "moro o turco soys bos". Le llevaron a Hondarribia, se lo entregaron al alcalde don Pedro de Zuloaga, y quedó encerrado en la cárcel pública de la ciudad.

 

Días más tarde, se encendió la vela cuya consumición marcaba el remate de la almoneda (subasta), y tras un par de pujas de poca monta,  fue Juanes de Aguinaga Semero, vecino de Jaitzubia quien pujó mas alto, llegando a ofrecer doscientos reales de plata.

Tras su compromiso de abonar la cantidad en ocho días, "el señor alcalde le entregó luego al dicho Eyça Audala al dicho Juanes de Aguinaga a quien le mandó le tubiesse y le conosciesse por dueño suyo, y el dicho Aguinaga le recivió por tal su esclavo".

 

 

 

Para ilustrar este trabajo, reproducimos las firmas de los dos parroquianos implicados en el incidente tal y como aparecen en el libro de actas del Archivo Municipal de Irun.

 

 

 

  

 

Serapio Múgica escribió en 1899 un final muy diferente al que hemos relatado.

Cuenta que el comprador fue un venerable anciano llamado Jacobe Laborda que, nada más comprar a Eiza Audala, ordenó a su hijo que trasladara al moro cautivo a Hendaya y allí le liberara “para que no se diga nunca que la noble Fuenterrabía ha empañado su historia sin mancha, comerciando con sus semejantes”.

 

 

 

Fotografía del caserío "Matxitxenborda" en la actualidad, con el monte San Marcial al fondo, si que ello quiera indicar que fuera en las proximidades del anterior caserío de igual nombre, hubiera tenido  lugar el incidente al que nos referimos.

 


 

Desde fines del siglo XV hasta finales del XIX, millones de personas negras fueron obligadas a abandonar sus hogares y vendidas como esclavas. Durante cuatro siglos, la esclavitud fue una práctica legal de la que multitud de personas sacó beneficio. En ella participaron estamentos oficiales, banqueros, capitanes y maestres de barcos, comerciantes y compradores. Entre los implicados, hubo muchos guipuzcoanos.

 

Al menos un tercio de las personas capturadas debían ser mujeres. Esto no solo garantizaba un suministro para el servicio doméstico, sino también la reproducción de más esclavos. Asimismo, se creía que la presencia de mujeres ayudaba a calmar el espíritu rebelde de los hombres esclavizados. Todo estaba bien pensado.

 

ANA GALDOS MONFORT es Licenciada en Historia, DEA en Didáctica de las CC.SS y del patrimonio, y máster en Periodismo y Comunicación Digital. Es personal investigador en la UPV/EHU. Ha escrito varios libros sobre historia de Gipuzkoa, biografías, guiones, artículos y contenidos museográficos.

 

 

 

Fuentes:

  • “Cosas de Alde Zaharra” (Tetxu Harresi). Feb. 2015.
  • "Los 7 barrios de Irun" . (Antonio Aramburu).
  • “Monografía Histórica de la Villa de Irun”. (Serapio Múgica).
  • "Notas históricas y curiosidades hasta 1969". (Florentino Portu).
  • Publicaciones de Ana Galdós Monfort