SARGIÑOLA


  Una de las antiguas opciones para la conservación de alimentos que tenían nuestros antepasados, era mediante frío.

 

 

 

 

 

Nevero  o "Elurzulo" de Sargiñola, en Peñas de Aya.

 

 El inconveniente  era que las neveras no las tenían precisamente junto  a la puerta de sus casas. Las construyeron en las laderas de Peñas de Aya.

 

Las neveras de Peña de Aya tuvieron hace tiempo una inusitada actividad.

Durante las copiosas nevadas se excavaban unos grandes depósitos en zonas sombrías que, una vez llenos y prensados, conservaban el hielo en pleno verano.

Se acumulaban en capas de unos 50 cm. separadas por helechos u otros materiales que contribuían a facilitar su separación en el momento de extraer el hielo.

Cuando nevaba se recogía la nieve, se pisaba y se guardaba dentro de estas estructuras.

Posteriormente, en carromatos metálicos cubiertos de helechos se transportaba hasta los términos de Irun, Hondarribia e incluso a Hendaya.

La nieve se empleaba también con fines terapéuticos y culinarios. Usándose contra las fiebres, para rebajar las inflamaciones en las fracturas, para cortar las hemorragias, y mezclando el agua de nieve con unas gotas de aceite para las quemaduras. En la cocina se utilizaba para conservar los alimentos, refrescar las bebidas y hacer helados.

 

Algunos de estos depósitos o neveros , que forman parte del patrimonio arqueológico de Irun, son visibles hoy día.   

Lamentablemente algunos de ellos se encuentran con basura en su interior y sus paredes cubiertas por maleza.

 

 

 

Estos son algunos de los datos que figuran en el Catálogo Arqueológico de Irun de 1915.

El nevero de Sargiñola está situado en la ladera Este de Gorostiaga, cerca del collado de Elurretxe.

Se localiza siguiendo una pista en dirección NE hasta llegar a una zona despejada.

Presenta uns planta cuadrada de 3,20 m. de lado, estando excavado en el terreno.

Se observan restos de la falsa cúpula de cubierta, la cual presenta planta circular de 3 m. de diámetro, realizada en mampostería con mortero, hasta una altura de 1,60 m. y 0,70 m. de grosor de muro.

La base se sitúa a 7 m. de profundidad, desde el suelo. Las paredes presentan unos agujeros donde asentarían vigas de madera que servirían por medio de poleas para alzar la nieve desde el interior.