NOVILLO |
En nuestras diarias historias hay también espacio para algún suceso divertido. El que les contamos aparece en el tercero de los tomos “Irun en el siglo XX” cuyo autor es el que fuera secretario del Ayuntamiento de Irun, D. Emilio Navas.
Escena a la puerta del antiguo matadero municipal. Al fondo el matadero Ernesto Montero. (La foto, tomada del Archivo Municipal de Irun, no se corresponde con el relato).
Sucedió en 1968 y el protagonista de la historia se llamaba José Luis Berroa, trabajador del matadero municipal, quien se las tuvo que ver con un novillo de catorce meses, proveniente del pueblo navarro de Ciga (Baztán).
Ensogado como estaba y cuando creía tenerlo dominado, el novillo le embistió, logró alcanzar la puerta de salida y emprendió veloz huída por la carretera hacia Behobia, derribando a su paso a un ciclista.
Llegado el animal a la altura de la antigua fábrica de Zugasti (más o menos donde ahora se encuentra el polideportivo Azke Portu) se lanzó al Bidasoa.
No se ahogó, consiguiendo alcanzar la orilla francesa, dejando a sus seguidores con un palmo de narices.(sic). Horas más tarde lograron localizar al animal que continuaba embistiendo, pero no encontraban la forma de reducirlo.
No se sabe a quien se le ocurrió la estratagema de ponerle cerca una novilla y, manejando a ésta, emprender la marcha hacia el matadero.
Hubo que tomar toda clase de precauciones, sobre todo para cruzar la frontera y volver por el puente de Behobia hasta el lugar de donde había escapado.
Lo que sigue hasta quedar convertido en chuletas pueden Vds. imaginarlo.
En el interior del matadero municipal. La foto no se corresponde con el relato. (Archivo Municipal de Irun. Donación de Matías Guilló)
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