Lo que sigue es un episodio de las "Guerras Carlistas en Irun (1833-1876)", extractado del libro del mismo título cuyo autor es nuestro cofrade Ramón Guirao Larrañaga.

En el libro se cuenta con todo detalle como el 14 de noviembre de 1874, los carlistas habían preparado una especie de carro blindado, traído desde Bera, para el ataque al fuerte de Behobia.

El curioso artefacto se deslizaba sobre ruedas y sus ocupantes que hacían de fuerza motriz, avanzaban  protegidos en su interior por un blindaje de chapas de hierro que les cubría hasta unos 25 cm. del suelo.

Dentro del carro llevaban también un “lanzallamas”, más bien un lanzador a distancia de petróleo al que luego prenderían fuego durante el ataque.

Los de Irun, al enterarse de lo del carro, intentaron frenarlo abriendo zanjas en el camino; pero el enemigo logró salvarlas colocando raíles sobre ellas.

Finalmente los carlistas consiguieron acercarse a unos 30 metros del fortín, lanzando además granadas de mano por las aberturas del blindaje.

Cuando ya todo parecía perdido para los de Irun, los defensores del fuerte de Behobia percibieron que por debajo del carro se veían mover los pies de los atacantes, por lo que comenzaron a dispararles a las piernas, con tanto acierto que, los que no quedaron heridos salieron huyendo dejando abandonado el carro y, desanimados por la ineficacia del invento, se retiraron de inmediato hacia Navarra.

Grupo de Miqueletes que se enfrentaron al carro blindado en Behobia.

 (Colección de Ramón Guirao Larrañaga).