La profesiones de ferrón y minero eran  las desempeñadas por las personas que, trabajando en las ferrerías y en las minas, se dedicaban a la elaboración del hierro.

Ferrones vascos.

(Bizkaiko Foru Aldundia).

Vivían generalmente aislados en los montes.

Concretamente en Irun sus trabajos eran de gran dureza. Estuvieron sometidos a numerosos riesgos, ya que debían vivir en el monte para la extracción de mineral y talar árboles para quemar la madera, siendo atacados en ocasiones por salteadores.

Debido a ello, las ferrerías se despoblaban.

Para protegerlos, los reyes de Castilla dictaron una serie de leyes y otrogaron un fuero especial a los ferrones de Oyarzun e Irun

Según Luis de Uranzu, en 1625 existían en Irun las ferrerías  de Aranzate, Urdanibia, Ibarrola y Aranguren, que suministraban hierro a los martinetes de Alzubide, Olacho e Ibaeta.

En 1791, de las citadas, solo quedaban dos, la de Aranzate y la de Urdanibia.

Según el padre Larramendi, el hierro extraído en la Peña de Aya era el más maleable de Gipuzkoa, si bien las ferrerías de Irun importaban el mineral de Somorrostro para mezclarlo con el local.

El transporte se hacía en pequeños veleros que remontaban el Bidasoa hasta las cercanías de nuestra iglesia parroquial.

El funcionamiento de las ferrerías se basaba en la mayoría de de ellas en el aprovechamiento de la fuerza motriz del agua para accionar fuelles y martinetes.

El extenuante trabajo de los antiguos ferrones queda expuesto en una instalación que funcionó en el siglo XVI y posteriores, en una visita que recomendamos: la ferrería de Mirandaola, en Legazpia.

Es una de las ferrerías más famosas y en ella se puede ver un espectáculo en vivo único en el País Vasco. Los ferrones vestidos a la antigua usanza ponen en marcha la maquinaria y el agua mueve gigantescos fuelles y el martillo con el que golpean el hierro.

Todos los domingos desde Semana Santa hasta septiembre los ferrones ponen en marcha toda el conjunto de la ferrería y ofrecen una experiencia única e inolvidable.