FABRICA CERILLAS


 

A comienzos del siglo XX, muchos habitantes de Irun no tenían más reloj que el "tutu", el silbido lanzado por una máquina de vapor, la sirena, para indicar a los obreros la hora de entrada en la fábrica.

 

 

 

 

Vista de la desparecida fábrica de cerillas.

La chimenea de la imagen, aunque recortada en su altura, todavía se conserva junto a l polideportivo de Azken Portu.

(Archivo Municipal de Irun).

 

La primera "fábrica de cerillas" de Irun fue establecida en 1858 en la “casa de Asquemportu”.

En 1864 pasó a denominarse “Fábrica de Nuestra señora del Juncal” y más tarde “Fosforera Española”.

 

En 1908 eran unos 250 operarios, quienes en  jornada laboral de once horas fabricaban 50.000  cajitas llenas de cerillas de diferentes clases.

 

Durante la Tercera Guerra Carlista la fábrica fue quemada y tuvo que ser reconstruida por completo.

 

Hasta el advenimiento de la II República en el año 1931, fue prácticamente la única fábrica de Irun,  junto con la de Chocolates Elgorriaga, debido a una Ordenanza de Aduanas prohibía la instalación de industrias en una distancia inferior a diez kilómetros de la frontera.

 

Por los daños sufridos durante la  Guerra Civil, a partir de 1938 tuvo que ser reconstruida de nuevo.

La producción cesó el 17 de octubre de 1989.

 

“Fosforera española” y “Financiera Económica, S.A” firmaron un acuerdo con el Ayuntamiento de Irun para la ordenación del espacio que ocupaba la empresa.

 

La demolición de la antigua fábrica dio comienzo en 1995 y su solar lo ocupa hoy el Polideportivo Municipal Azken Portu y la empresa Recondo-Pasquier.

 

En recuerdo de la desaparecida fábrica, el Ayuntamiento de Irun quiso conservar la antigua chimenea de ladrillo como patrimonio histórico de la ciudad y en 2011, tras consolidarla y por seguridad, rebajó en 9 m. su altura original, dejándola en 18 m.

 

Fuentes:

  • Mertxe Tranche

  • Archivo Municipal del Irun

  • Boletin de Estudios LUKT

  • Enciclopedia Auñamendi