ZIGARROA, FRAY JUAN DE

 

 

Fue un franciscano irunés nacido en el siglo XVII. Célebre predicador en euskera; durante años fue guardián del convento de San Francisco en San Sebastián.

Corrían tiempos de la Santa Inquisición. Felipe III (1578-1621) subió en persona hasta el monasterio de Aranzazu a pedir ayuda a la Orden franciscana, y a principios de febrero de 1609, empezó la expedición a la frontera navarra occidental.

Entonces, cuatro franciscanos euskaldunes defensores de la teoría de Castañega, recién verificada por el juez francés en el Labort, marcharon a Logroño a ponerse bajo las órdenes del inquisidor, quien los envió en varias direcciones de la montaña navarra: Martín de Ocariz hacia Arakil y la Burunda;  a Domingo de Sardo a los valles de las Cinco Villas; el cuarto, Pedro Aguirre Arostegui y Juan de Zigarroa hacia el valle del Baztán.

Los frailes entraban en una aldea y pregonaban un bando para averiguar quiénes fueron los culpables de la brujería, o de lo contrario habría un duro castigo para todos.

Los supuestos brujos debían responder a un formulario en el que se detallaban toda clase de actos impíos, lúbricos u obscenos realizados con el diablo en forma de cabrón, así como actos de adoración al diablo y apostasía de Dios.

La tortura se utilizó sistemáticamente.


 

Tribunal de la Inquisición.

La Inquisición española o Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue una institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia católica en sus reinos.

Tiene precedentes en instituciones similares existentes en Europa especialmente en la fundada en Francia en el año 1184.

La Inquisición española solo tenía competencia sobre cristianos bautizados, sin embargo, al no existir libertad de culto, su jurisdicción se extendió a la práctica totalidad de los súbditos del rey de España.

Su abolición fue aprobada en las Cortes de Cádiz en 1812.