MINAS EN IRUN
Se sabe que durante los siglos I y II los romanos estuvieron asentados en la Comarca del Bidasoa y más concretamente en las inmediaciones del macizo granítico de Peñas de Aia, único existente en el País Vasco, donde construyeron un buen número de galerías para la extracción de diferentes minerales.
Mina Zubelzu
El procedimiento de extracción era el siguiente: Una vez localizado el filón de mineral, iniciaban la excavación siguiendo el curso del mismo. En otras ocasiones, para encontrarlo, excavaban un túnel descendente con escalones, y una vez localizado empezaban con la galería. Del tipo y tratamiento que daban al mineral extraído sabemos que fundamentalmente se trataba de galena que, una vez en el exterior era triturada, posteriormente fundida y a través de un proceso denominado copelación se separaba la plata del plomo. En un intento de saber algo acerca de aquellos trabajadores se deduce que es muy posible que buena parte de ellos fueran esclavos que vivieron en pequeños poblados cerca de las minas. Para el trabajo en las galerías probablemente disponían también de elementos rudimentarios de protección: una especie de casco fabricado con esparto trenzado, del mismo material con el que fabricaban los capazos de transporte de material. Iban vestidos con una túnica corta de lana atada a la cintura con una cuerda. Algunos fragmentos de estas pequeñas vestimentas han sido descubiertas en Irun. Para localizar los filones se valían de la observación de la vegetación y de la superficie y para abrir las galerías utilizaban un método ingenioso; hacían fuego con madera junto a la roca para que esta se calentase, de esta forma se resquebrajaba y al golpearla saltaba en pedazos. Son numerosas las galerías que a lo largo de los años han sido cavadas en el entorno de Peñas de Aya El método para distinguir las galerías romanas de otras abiertas en épocas posteriores es sencillo. Basta con fijarse en la estrechez de las primeras.
Ilustración de Javier Hermida
Permitían justamente el paso de un hombre con su capazo al hombro. En las demás basta con contemplar las paredes laterales. Los excavadores romanos las dejaban casi pulidas, en tanto que los modernos mineros fueron más toscos en sus acabados. En el supuesto de que estos últimos sondearan a través de una galería romana ya existente, agrandando el ancho de la misma, el techo romano ha perdurado en la mayoría de los casos dejando una muestra inequívoca de su origen.
Fuentes: RICARDO S. BERODIA GORDEJUELA conoce como nadie las Peñas de Aia y su entorno. Son tantas las ocasiones que ha surcado sus senderos y alcanzado sus picos que, hace algún tiempo, animado por el grupo de espeleólogos de Félix Ugarte Elkartea, con el que colaboró durante varios años, decidió conocer las Peñas "por dentro" a través de los innumerables laberintos que componen las minas romanas de San Narciso, (Zubeltzu, Oiakineta y Altamira); las de Meazuri y Belbio asociados a filones de galena argentífera y otras como las de Zonzorroitz, relacionada con la explotación de hierro.
Para este breve recorrido minero en el entorno de las Peñas de Aya hemos contado también con la inestimable información que ofrece el MUSEO OIASSO.
PARA SABER MÁS
Como complemento de este modesto trabajo y si está Vd. interesado en saber más sobre la presencia romana en Irun y ver los restos que estos dejaron a su paso por nuestra comarca, pueden acercarse hasta el Museo Oiasso de nuestra ciudad donde, a través de vídeos interactivos, maquetas y restos arqueológicos se muestran los modos de vida de aquellos hombres. Tampoco se olviden de visitar el yacimiento minero más importante del entorno de Peñas de Aia que se encuentra en la vecina Oiartzun. Se trata de las populares minas de Arditurri donde se ofrece a sus visitantes un centro de interpretación y un trayecto de 500 m. abierto al público en su interior, en el que se pueden apreciar las primitivas excavaciones romanas y la moderna explotación posterior que tuvo lugar hasta la primera mitad del siglo XX.
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