MAESTROS Y MAESTRAS
El primer “maestro” irunés del que tenemos constancia fue Joan de Sagarçaçu, en 1649, si bien al poco fue cesado por incompetente.
En 1656 encontramos a Miguel de Albirena, a quien al no tener suficiente con la dotación municipal, los alumnos pagaban una cuota mensual. Su sucesor fue Miguel de Yspura que encontró complemento a su escaso salario cantando en la honras de los difuntos. Lo mismo que Gregorio de Iriarte, en 1673, que alternaba su dedicación a la enseñanza con la de organista de la Iglesia Parroquial; y así un largo etcétera como muestra evidente de que el oficio de maestro no estaba bien remunerado. Hay que tener en cuenta que en aquella época la enseñanza era enteramente libre. No se exigía a los maestros título alguno. Los ayuntamientos echaban mano de personas que supiesen leer y escribir y tuvieran algunas nociones de aritmética. En 1716 el sueldo que el ayuntamiento tenía asignado a sus enseñantes era de 1200 reales de vellón al año. No obstante, el interés por aprender era grande y hubo un momento en que las aulas resultaron pequeñas, y así, en 1718 Manuel de Orochena solicitó la sala concejil para sus clases ante el gran número de alumnos que tenía. En 1831 solo una cuarta parte de los niños de entre 6 y 13 años acudía a la escuela.
Escuelas públicas (Actual museos Oiasso). (Archivo Municipal de Irun)
El museo Oiasso con anterioridad, albergaba las antiguas escuelas municipales, desde aproximadamente 1840. Cuando se construyeron las escuelas Viteri, que se encontraban en la avenida de Iparralde, se trasladó allí la escuela de niños, mientras que en el edificio junto a la iglesia del Juncal fue donde nuestras madres y abuelas tuvieron la opción de estudiar la enseñanza primaria, la única accesible para la mayor parte de ellas. Hasta mediados del siglo XIX el estado no se ocupaba de escolarizar a los chavales. Las escasas escuelas que había eran particulares o de carácter religioso. La primera escuela pública en Irun data de 1843.
Desaparecidas escuelas Viteri en la Avda. de Francia (Actual Avda. Iparralde) (Archivo Municipal de Irun).
Nuestro país no era el único con esta deficiencia educativa, en muchos estado europeos las escuelas públicas aparecieron con posterioridad 1850.
La ley de Instrucción Pública de 1857 exigía que la enseñanza primaria, para niños de 6 a 9 años, fuera obligatoria. Para que ello pudiera llevarse a cabo debían existir centros suficientes y la enseñanza gratuita para quienes no pudieran pagarla, lo que a duras penas se cumplía.
Alumnos del colegio San Estanislao. Año 1886. (Archivo Municipal de Irun).
En 1860, según el censo que publica D.Serapio Múgica en su “Geografía de Guipúzcoa" entre los 162.574 habitantes de la provincia, había 67 maestras y 124 maestros de primera enseñanza para un total de 7.035 niñas y 4.944 niñas que asistían a escuelas primarias.
En 1877 el grado de instrucción de los vecinos de Irun era el siguiente: Saben leer y escribir: 36,89%. Saben solo leer: 6,38 %. No saben ni leer ni escribir: 56,73 %.
Tras la primera guerra carlista, el Ayuntamiento eligió por oposición a un maestro y una maestra municipales. La ganadora de la oposición y primera maestra municipal fue Francisca Bernarda Etxeberria.
Alumnos del colegio La Salle San Marcial. Años 40. (Archivo Municipal de Irun).
Alumnos del colegio público de Anaka. Año 1949.
Alumnos del colegio Viteri. Año 1960. (Archivo Municipal de Irun).
Alumnas del colegio El Pilar. (Archivo Municipal de Irun).
Alumnas del colegio San Vicente de Paul. Año 1962 (Archivo Municipal de Irun).
En Irun y en Euskal Herria las mujeres han tenido un papel fundamental en la transmisión del conocimiento y los valores a las siguientes generaciones, y en la creación de las ikastolas, centros de enseñanzas en euskara apuntalados sobre la cultura vasca e identidad nacional. La actual ikastola Txingudi es un claro ejemplo.
Fuentes Fondo histórico del Archivo Municipal de Irun. Mertxe Tranche: "Las huellas de las mujeres en Irun".
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