Su peso era de 65 kilos y fue trabajada por los hijos de Antonio Zabala.
Al mismo tiempo fue sometido a una minuciosa reparación el pararrayos, cuya colocación databa de 1903, aunque ya en 1875 se acordó estudiar su instalación por el peligro que suponía el almacenamiento de pólvora y municiones en la Casa Consistorial.
En cuanto a la veleta, los que realmente se mostraron encantados fueron los cazadores, porque -decían- en la veleta tenían el gran auxiliar, sobre todo, en la época de "pasa" de palomas.
Tan satisfechos quedaron los cazadores, que la Asociación se dirigió a la Alcaldía agradeciendo la iniciativa y...pidiendo se completara ésta dotándola de alumbrado que permitiera tomar anotaciones y disposiciones en cualquier momento de la noche, con vistas a la práctica del deporte cinegético.
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Foto: La veleta. Archivo Municipal de Irun. Año 1984
El texto es una extracto de las pequeñas historias que Emilio Navas, secretario del Ayuntamiento de Irun, recogió en su trilogía "Irun en el siglo XX".
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