Fecha: Pleno de 2 de diciembre de 1975

Propuesta: Comisión de Gobierno

 

 

La que va del final de la calle Alhondiga, junto a las vías del "Topo", hasta la calle Ferrones.

El nombre en euskera de esta calle es "Balezale"


 

Los balleneros eran fundamentalmente pescadores que se dedicaban a la captura de estos cetáceos.

Este peligroso oficio  era ya practicado en el Golfo de Vizcaya en la Edad Media. Las ballenas arponeadas eran arrastradas hasta la playa, donde eran despedazadas para aprovechar sus carnes, sus huesos, la piel, etc., además de extraer aceite y grasas.

El documento más antiguo que nos habla de esta práctica en el litoral vasco se remonta al año 1059, cuando Bayona obtiene el privilegio de vender sus productos en el mercado.

En 1688 en Fuenterrabía se detectaron una ballena y su cría que llegaron a arponear pero no acabaron con ella. La remataron los de Hendaya pero se la llevaron los hondarribitarras. Tras la protesta de los franceses aceptaron donar la mitad de la captura.

En el siglo XVII un buen número de marineros que se embarcaban en Fuenterrabía eran de Irun. Vivían en unas rústicas moradas en las cercanías de la ermita de Santa Elena, hasta donde llegaba el agua.


 

 

Balleneros vascos. (Foto: XL Semanal)


Antiguo grabado de la caza de la ballena. Museo Marítimo Vasco, de Donostia.


 

La última ballena franca capturada en el País Vasco fue el 14 de mayo de 1901 en Orio. El cetáceo fue arponeado desde diversas lanchas.  Fue tal la expectación generada que la ballena fue expuesta como trofeo y se fletaron trenes especiales desde San Sebastián para que la gente fuera a verla.


Son numerosos los pueblos vascos que muestran una ballena en sus escudos.


 

 


 

 

Parte del texto es un extracto del libro "Los nombres de las calles de Irun", publicado en 1996,  cuyo autor es José Monje García, ex-archivero municipal, presidente de la asociación Luis de Uranzu Kultur Taldea y Miembro de Honor  de la Cofradía Anaka de Irun.