CAPÍTULO 7
Sin embargo los franceses, aún a sabiendas de que no puede esperar refuerzo alguno, preparan un plan de ataque para intentar socorrer San Sebastián, que consistía en cruzar el Bidasoa, ocupar con su artillería las posiciones del monte San Marcial y marchar hacia la capital sobre la vertiente de las Peñas de Aya pasando por Oyarzun. Como apuntamos anteriormente, Wellington ya había reiniciado el sitio de San Sebastián, por lo que Soult no tendría más remedio que prepararse para entrar en acción, sin que pudiera utilizar su artillería más que contra las primeras posiciones aliadas. En lo que respecta a la artillería, durante la noche del 28 al 29 de agosto, comienzan a establecerse baterías desde los vados desde Biriatou hasta Hendaya, teniendo por objetivo batir el Camino Real de Irún, la vertiente norte de San Marcial y el segmento del Bidasoa situado a su frente y su desembocadura. Soult, que se encuentra en Saint Jean de Luz, donde tiene establecido su cuartel general, duda si llevar a cabo la ofensiva el día 30 ó el 31. Finalmente decide hacerlo la madrugada del último día de agosto. El ataque deberá ser rápido, vigoroso y decisivo. El día 30 Soult se acerca a Behobia para dirigir personalmente las operaciones. Es imperativo adueñarse de las alturas de San Marcial, ya que sus tropas deberán transitar por el camino de algo más de un kilómetro que transcurre entre el puente de Behobia hasta Irun, encajonadas entre el monte y el río Bidasoa. Como veremos en el siguiente capítulo el plan de los franceses no obtuvo el resultado previsto.
Asalto a San Sebasián.
(Continuará…)
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