CAPÍTULO 6
Antes de entrar en el desarrollo de la batalla de San Marcial que tuvo lugar el 31 de agosto de 1813, conviene señalar que en aquella fecha el punto de entrada natural desde Francia era el puente de Behobia. Como indicamos en uno de los capítulos anteriores, el puente había sido quemado por los franceses dos meses atrás, pero existían en sus cercanías cuatro o cinco vados practicables durante la marea baja. El camino hacia Irún, al igual que el curso del río, estaba dominado por las alturas de San Marcial, que ya contaba con una ermita que había sido reconstruida en 1804, pues la primitiva fue destruida por un incendio provocado por un rayo en 1796. Era pues San Marcial la posición obvia para impedir la penetración de un enemigo desde Francia por el puente o los vados del Bidasoa, y por tanto el lugar donde se iba a desarrollar el grueso de la batalla. Después del desastre de Sorauren, Soult esperaba que Pamplona y San Sebastián resistieran un tiempo. Las dos primeras semanas de agosto la situación era de suma tranquilidad, hasta el punto de que las respectivas avanzadas francesas al otro lado de la frontera y las aliadas españolas y portuguesas se bañaban en el Bidasoa con la mayor armonía. La paz duró poco porque, a mediados de agosto, Soult ya había reorganizado sus tres cuerpos de ejército, disponiendo sus divisiones en puntos estratégicos. De los aproximadamente 70.000 hombres con los que contaba Soult, no podía contar más que con unos 40.000. Para colmo se acababa de enterar de que Wellington había reemprendido el día 24 el sitio de San Sebastián.
Hondarribia vista desde Irun. (G. Carpenter 1846. Museo de Zumalacárregui)
(Continuará…)
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