CAPÍTULO 11
Biriatu estaba ocupado por fuerzas españolas, persistiendo en su proyecto de mantenerse en territorio francés. El 13 de julio, el enfermizo general d’Elhbecq que una semana antes había sustituido a Servan, emprende una serie de ataques logrando que los españoles se retiren desde Tellatueta al otro lado del Bidasoa. Se dirigen luego los franceses Biriatu, villa de gran importancia estratégica porque desde allí podrían destruir el puente entre ambas orillas. Los franceses coronan las alturas inmediatas a Biriatu, siendo rechazados por dos veces por los españoles. La Tour d’Auvergne ordena un tercer ataque y, a la cabeza de sus hombres, espada en mano, seguido de sus granaderos, aunque recibidos por un violento fuego de fusilería, obligan a la mayoría los españoles a retirarse perseguidos por las calles de Biriatu. Pero algunos de ellos, unos ciento cuarenta, se hacen fuertes en el interior de la iglesia. Los franceses quieren culminar su ataque y apoderarse del edificio, pero solo consiguen que el fuego de los españoles, casi a quemarropa, desmiembre su columna y que sus hombres se separen desorientados debidos a la oscuridad de la noche. Al alba se renueva la lucha. Los franceses intentan abatir la puerta a golpe de hacha, pero después de varias horas se ven obligados a desistir, dejando una treintena de hombres sobre el campo de batalla. Este ataque a Biriatu reafirma a Caro en la importancia de mantener este puesto y en breve se convierte en un campo atrincherado con numerosa artillería y guarnición suficiente.
EJÉRCITO ESPAÑOL. VOLUNTARIOS, MILICIAS PROVINCIALES INFANTERÍA. Izquierda: Subteniente del regimiento de infantería de Zamora, en uniforme provisional de paño pardo (1793-1795). Centro: Voluntario guipuzcoano con fusil 1792 para Miñones y tropa ligera. Derecha: Fusilero de Milicias Provinciales con fusil modelo 1757. (Ilustración: Francisco Vela)
(Continuará…)
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