Fecha: Entre 1983 y 1986

 

 

La que sale por el lado derecho de Larrugin kalea, paralela a la calle Alhóndiga y finaliza en la calle Arkale


Nekazari significa "labrador".

No cabe duda que Irun, hasta alcanzar su desarrollo industrial, fue, como la mayoría de los pueblos vascos, eminentemente agrícola y ganadero.

Por ello se pensó que dedicar una calle a una de las profesiones más antiguas y más arraigadas en cualquier civilización, era hacer honor a la memoria de nuestros antepasados labradores.

En épocas en las que la maquinaria agrícola brillaba por su ausencia, los arados tirados por bueyes eran la forma habitual de labrar la tierra.

En pequeñas parcelas y sobre todo en terrenos inclinados nuestros baserritarras utilizaban las layas manejadas casi siempre por varias personas trabajando al unísono.

Para hacernos una idea de la importancia agrícola de Irun en épocas pasadas, digamos que en 1857 Irun contaba con 313 caseríos y declaraba una producción de 1.600 fanegas de trigo y 18.000 de maíz, además de habas, castañas, patatas y manzanas.

En cuando a ganadería, según las mismas fuentes, se dice que hay 2.305 cabezas de ganado lanar, 89 asnal, 431 de cerda, 47 caballos, 76 yeguas, 506 vacas y  185 bueyes.


 

"Arando en Jaisubia" del libro Etnografía del Pueblo Vasco

 


 

Layadores. Foto Indalecio Oianguren

 


 

Layadores de la Cofreadía Anaka en una demostración


 


 

Parte del texto es un extracto del libro "Los nombres de las calles de Irun", publicado en 1996,  cuyo autor es José Monje García, ex-archivero municipal, presidente de la asociación Luis de Uranzu Kultur Taldea y Miembro de Honor  de la Cofradía Anaka de Irun.

 

 

Montaje e información fotográfica complementaria: Agustín Morate Zulaika.

Cofradía Anaka