Jostun, en euskera significa costurera o
modista.
En
los primeros años del siglo XIX, la manera de
proveerse de ropa era, en las clases menos
favorecidas, a través de la costura en el hogar.
Coser era una habilidad que toda mujer debía
dominar desde su más temprana edad.
Con
el tiempo las costureras formaron la principal
fuerza de trabajo que logró una notable
expansión de la producción de prendas de vestir.
Estas especialistas podían ejercer su labor de
diferentes formas: como trabajadoras a
domicilio, cobrando por cada pieza realizada,
como empleadas en las recién inauguradas casas
de moda o como parte del sistema doméstico de
las clases adineradas. A ello hay que añadir,
las obreras de las grandes fábricas de una
industria con un desarrollo en aumento a lo
largo del siglo y cuyas condiciones de trabajo
eran muy duras.
Junto
a las costureras, en el grupo de trabajo textil,
se encontraban hilanderas, tejedoras, calceteras
y tintoreras.
(Imagen: Costurera en 1890) |