La calle
recibe el nombre del impresionante roble
centenario que se encuentra en una zona
ajardinada de la zona residencial
perpendicular al paseo de Blaia.
La altura de
este ejemplar de roble ronda los 15 metros y es
una especie de larga vida que puede superar los
1.000 años.
Tirando de
hemeroteca hemos encontrado una nota en El
Diario Vasco, firmada por Pedro Gómez Campillo,
en la que se pedía no fuese abatido un roble,
seguramente centenario, en las cercanías de
Artía. Corría peligro ante la urbanización
próxima a realizarse. Era el año 1994.
A través de una nota de agradecimiento
publicada en DV por su hija, Eva Gómez, sabemos
que Pedro falleció en 2006.
Desconocemos la influencia que pudo tener
aquella nota, pero el árbol no fue talado y hoy
día, posiblemente gracias a la denuncia de
Pedro, se mantiene frondoso y pujante, llegando
a dar nombre a la calle donde se encuentra. |

Es posible
que, debido al árbol en cuestión, el proyecto
diseñado en 1995 para esta zona, difiera
en algo con el que finalmente se llevó a cabo. |